Mantener fuera del alcance de los niños.
Aplica entre 2 o 3 veces al día, o más si fuera necesario, sobre la zona herida. Limpiar totalmente el aplicador después de su uso. Existen muchas razones por las que pueden aparecer aftas o heridas bucales en las paredes interiores de las mejillas o en otras zonas de la boca, como una mordedura, una mala alimentación o una bajada de defensas producida por enfermedad. No irrita ni duerme la piel y se presenta en un formato con aplicador para poder llegar a las partes más difíciles de la boca.